En el corazón de Ordizia, a escasos pasos del mercado y de la estación del tren, se encuentra un refugio de calidez, tradición y sabor: Tximista Sagardotegia. Esta sidrería no solo destila la esencia de la sidra natural del País Vasco, sino también el orgullo de un territorio que forja generaciones con manzanas, brasas y comunidad. tximistasagardotegia.com+2sagardoa.eus+2
Un poco de historia
Aunque no provienen de una saga sidrera ancestral, Amaia Blázquez y Aitor Esnaola —con pasión y constancia— han convertido un antiguo taller mecánico en un hogar para los amantes de la sidra desde hace más de 30 años. Así nace Tximista, una sidrería que cultiva sus propias manzanas (tres hectáreas propias, complementadas con producción de Gipuzkoa), elabora su sidra certificada bajo la Denominación de Origen Euskal Sagardoa, y abre sus puertas todo el año con menús de sidrería llenos de autenticidad. euskalsagardoa.eus+2tximistasagardotegia.com+2
Placeres para el alma: el menú de sidrería
Un menú para compartir historias, sabores y calor de hogar:
- Chorizo a la sidra Tximista
- Tortilla de bacalao con huevos de caserío
- Tacos de bacalao fritos con pimiento verde y cebolla
- Txuleta a la brasa (chuletón jugoso y generoso)
- Postres caseros, acompañados de queso D.O. Idiazabal, membrillo casero y nueces del país
- Todo esto regado con sidra natural al txotx desde sus kupelas o en botella, pan y agua. tximistasagardotegia.com+2sagardoa.eus+2
También tienen opciones para todos los paladares: menú infantil, vegano, vegetariano, para celíacos o menús especiales por encargo. tximistasagardotegia.com+1
Origen es donde nace la raíz
Y hablando de raíces, justo allí, entre sidra y brasas, late una historia que se enlaza con los Berzunza. Su nombre mismo —Berzunza— evoca terrazas soleadas, manzanas maduras y familias compartiendo frente al tolare… Como Tximista, fueron y siguen siendo parte indivisible de nuestro origen y nuestras raíces, forjadas en la tierra, el calor del fuego y la sazón de lo auténtico.
Visitar Tximista Sagardotegia es un viaje al pasado que abraza el presente, donde cada trago nos conecta con esa herencia genuina que queremos preservar. El verdadero txotx no está solo en la sidra, está en el recuerdo colectivo, en el aroma del caserío, y en el vínculo profundo entre manzana, hogaza y corazón.
