Pepe Berzunza reflexiona sobre el informe de la OIT “Trabajar para un futuro más prometedor” y comparte su visión sobre cómo preparar a Campeche y México para el trabajo del mañana, desde la educación, la innovación y la inclusión.

Introducción
El trabajo está cambiando.
No solo por la tecnología, sino por la velocidad con que el mundo redefine lo que significa aprender, producir y convivir.
En 2019, la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo de la OIT publicó su informe “Trabajar para un futuro más prometedor”, donde plantea una idea central que hoy sigue vigente:
El progreso solo tiene sentido si mejora la vida de las personas.
Ese mensaje me marcó profundamente.
Porque resume no solo una visión global, sino también el propósito que ha guiado mi trayectoria: formar para transformar, poner a las personas en el centro del desarrollo y construir desde la dignidad del trabajo.
Mi experiencia: formar para transformar
Durante mi gestión al frente del ICATCAM, comprobé que la formación no es un complemento de la economía: es su motor invisible.
Cuando una persona adquiere una habilidad útil, cambia su destino.
Cuando una comunidad aprende a trabajar en conjunto, cambia el destino de un territorio.
Por eso impulsamos un modelo de capacitación centrado en las personas, con enfoque en:
- Habilidades digitales y administrativas, vinculadas al empleo real.
- Certificación de competencias bajo normas CONOCER, garantizando reconocimiento laboral.
- Metodologías prácticas y colaborativas, para que la capacitación fuera útil desde el primer día.
Cada aula, cada curso y cada alianza fueron una apuesta por el futuro de Campeche y por la posibilidad de que el talento local encontrara su espacio.
La revolución de las habilidades
El informe de la OIT lo anticipó: el futuro del trabajo no depende de la tecnología, sino de la capacidad humana de aprender a aprender.
Esa es la gran brecha de nuestro tiempo: quienes se adaptan prosperan, quienes no, quedan atrás.
Por eso hoy promuevo con fuerza el proyecto “Escuela de la Calle”, una iniciativa que nace de esa misma convicción:
democratizar el conocimiento, compartir experiencias reales de emprendimiento y enseñar a sobrevivir —y crecer— en contextos adversos.
En un mundo donde el trabajo formal se fragmenta, necesitamos aprender a crear valor desde cualquier lugar: desde un taller, un barrio o una pequeña empresa familiar.
La Escuela de la Calle busca precisamente eso: formar emprendedores que entiendan su entorno y transformen su comunidad.
“El futuro no se hereda, se construye con las manos, con la mente y con propósito.”
Trabajo digno, propósito y comunidad
El informe de la OIT subraya que la transformación del trabajo debe ser justa, inclusiva y humana.
No basta con crear empleos: hay que crear trabajo con sentido.
Esa es también la base de la Economía de Barrio: un modelo que reconoce el valor de lo pequeño, lo artesanal y lo local como pilares del desarrollo sostenible.
Porque el progreso sin comunidad se convierte en desarraigo, y la productividad sin justicia se convierte en desigualdad.
El trabajo no solo debe generar ingresos, sino también identidad y pertenencia.
La visión hacia adelante
Campeche necesita apostar por una educación para la vida, no solo para el empleo.
Una formación que enseñe a adaptarse, emprender, colaborar y liderar.
Mi visión del futuro pasa por:
- Fortalecer las capacidades locales como base del desarrollo.
- Impulsar la formación continua y práctica, más allá del aula.
- Promover una economía más humana y cercana, donde cada persona tenga oportunidades reales.
Porque en los barrios, en los mercados y en las microindustrias locales, late el futuro del trabajo que queremos construir: uno con propósito y dignidad.
Conclusión
Trabajar para un futuro más prometedor no es solo una aspiración institucional, es una responsabilidad compartida.
Significa enseñar a trabajar, pero también enseñar a crear, a resistir y a transformar.
Significa entender que el verdadero desarrollo comienza cuando alguien descubre su propio valor.
Y ese será siempre mi compromiso:
seguir formando, inspirando y abriendo caminos para que cada campechano pueda escribir su propia historia de progreso.
“El futuro del trabajo no depende de las máquinas, sino de nuestra capacidad de ser más humanos.” — Pepe Berzunza




