Por Pepe Berzunza – Desarrollo Económico, Movilidad y Políticas Públicas

Introducción
El diseño de la movilidad urbana en ciudades intermedias enfrenta desafíos crecientes relacionados con la eficiencia del transporte público, la integración logística, la sostenibilidad ambiental y la gobernanza institucional. En este contexto, el sistema Yélo de La Rochelle, en Francia, se ha convertido en un referente internacional para el estudio de modelos de movilidad sostenible. Su enfoque multimodal, su capacidad logística y su integración tecnológica ofrecen un marco útil para analizar cómo las ciudades mexicanas —incluidas aquellas con rezagos estructurales como Campeche— pueden mejorar su infraestructura y planificación.
Este ensayo académico examina las principales lecciones del modelo Yélo desde la perspectiva de la movilidad urbana, la logística de última milla y el diseño de rutas basado en evidencia, con el propósito de aportar elementos analíticos que permitan orientar políticas públicas más eficaces, modernas y sostenibles.
1. Movilidad urbana como ecosistema: un principio fundamental
Una primera lección del modelo Yélo es su concepción de la movilidad como un ecosistema integrado. En contraste con la visión fragmentada común en muchas ciudades de América Latina, La Rochelle articula diversas modalidades —autobuses, bicicletas públicas, ferries eléctricos, car sharing y estacionamientos disuasorios— bajo una misma identidad visual y un mismo sistema de gestión.
Esta integración no solo optimiza los desplazamientos, sino que reduce costos sociales y fomenta la intermodalidad. Desde el punto de vista académico, Yélo representa el tránsito hacia un modelo de Movilidad como Servicio (MaaS), donde el valor proviene de la experiencia del usuario y no de la infraestructura aislada.
2. Diseño de rutas basado en evidencia: el fin de la improvisación
El diseño de rutas en La Rochelle no se construye a partir de decisiones políticas coyunturales, sino mediante un proceso técnico sustentado en evidencia empírica. Este proceso incluye:
- Estudios origen–destino
- Algoritmos de optimización
- Análisis de flujos de movilidad
- Sistemas de información geográfica
- Sensores urbanos de tránsito
Este enfoque reduce errores, evita costos innecesarios al erario y garantiza eficiencia operativa. La “improvisación” como método de ensayo y error —aún presente en ciudades mexicanas— no solo es ineficiente, sino que afecta productividad, competitividad y bienestar ciudadano.
Desde la perspectiva académica, este caso ejemplifica la importancia de la planificación basada en datos y la necesidad de profesionalizar los equipos técnicos responsables de la movilidad pública.
3. Infraestructura para la movilidad y la logística: condiciones necesarias, no accesorias
Una de las contribuciones centrales del sistema Yélo es la construcción de infraestructura adecuada para la intermodalidad y la logística urbana. Terminales de transferencia, paraderos inteligentes, ciclovías conectadas y espacios para micro-logística conforman el soporte físico que hace posible un sistema eficiente.
Esta infraestructura permite:
- Transbordos verificables tecnológicamente
- Integración tarifaria
- Reducción de tiempos de espera
- Optimización de rutas de carga y última milla
Para ciudades como Campeche, este punto es crucial: la movilidad no se transforma solo con vehículos nuevos o rutas rediseñadas. Sin infraestructura, no hay sistema.
4. Gobernanza y continuidad institucional: la dimensión invisible de la movilidad
El éxito del sistema Yélo no radica únicamente en su diseño tecnológico o logístico, sino en un modelo de gobernanza estable, técnica y continua. Durante décadas, La Rochelle ha mantenido una visión de movilidad ligada a la planificación urbana, la sostenibilidad ambiental y la integración regional. Este tipo de continuidad es excepcional en el contexto latinoamericano, donde los cambios de administración suelen desarticular estructuras recién creadas.
El caso Yélo permite observar un principio académico clave:
sin continuidad institucional no existen políticas públicas transformadoras.
Las ciudades mexicanas requieren órganos de movilidad con autonomía técnica, mandatos claros y presupuestos multianuales para evitar la captura política del transporte público.
5. La movilidad como catalizador del desarrollo económico
Más allá de los beneficios operativos, el sistema Yélo constituye una plataforma para el desarrollo económico local. La optimización del transporte público incrementa la accesibilidad, facilita la operación logística de pequeñas y medianas empresas y reduce costos de transporte para trabajadores y estudiantes.
Asimismo, la integración entre movilidad y logística de última milla permite un dinamismo comercial más eficiente, especialmente en zonas portuarias y núcleos urbanos históricos. Para México, esta articulación representa una oportunidad estratégica: mejorar la movilidad también genera productividad, atracción de inversiones y competitividad urbana.
6. Comunicación pública y alfabetización ciudadana
Un elemento frecuentemente subestimado en el estudio de movilidad es la comunicación institucional. Yélo invierte en señalética clara, mapas simples, información digital accesible y una identidad visual coherente. Esto no solo orienta al usuario, sino que construye confianza y facilita la adopción del sistema.
Desde una perspectiva académica, la movilidad debe considerarse no solo como infraestructura y operación, sino también como pedagogía ciudadana. La capacidad de comunicar bien influye directamente en el éxito del sistema.
Conclusiones
El modelo Yélo de La Rochelle ofrece una serie de lecciones relevantes para ciudades mexicanas que enfrentan desafíos en materia de movilidad pública, logística urbana y diseño de rutas. Estas lecciones pueden sintetizarse en los siguientes principios:
- La movilidad debe concebirse como un ecosistema multimodal.
- El diseño de rutas requiere evidencia, no improvisación.
- La infraestructura es una condición habilitante, no un complemento.
- La continuidad institucional es clave para lograr transformaciones duraderas.
- La movilidad impacta directamente el desarrollo económico.
- La comunicación eficaz fortalece la confianza y facilita el uso del sistema.
Adoptar estas lecciones permitiría a ciudades como Campeche diseñar políticas de movilidad más eficientes, sostenibles y alineadas con estándares internacionales. Más importante aún, permitiría construir sistemas capaces de mejorar la calidad de vida, potenciar la actividad económica y modernizar las capacidades institucionales en el largo plazo.




