En 2016 tuve el honor de ser nombrado Coordinador General del Grupo Económico Regional Sur-Sureste (GERSSE) dentro de la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Económico (AMSDE). Para mí, José Domingo Berzunza Espínola, esta responsabilidad representó un momento clave en mi trayectoria, pues me permitió trabajar en un espacio de integración y cooperación económica entre los estados del Sur-Sureste de México.
El GERSSE estuvo conformado por Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán. Desde el inicio, impulsé una agenda de trabajo con un fuerte espíritu de unidad regional, convencido de que solo a través de la colaboración podíamos lograr un desarrollo sostenible y competitivo.
Los temas que encabezamos fueron estratégicos: atracción de inversiones, impulso al emprendimiento, fomento a la innovación, energía, desarrollo portuario, fortalecimiento de la proveeduría local en las cadenas de valor y, por supuesto, el impulso a las Zonas Económicas Especiales (ZEE). También logramos articular el trabajo con CONACYT, para diseñar agendas de innovación regionales que fortalecieran el ecosistema productivo del Sur-Sureste.
En el campo del emprendimiento, promovimos iniciativas de alto impacto como el Startup Weekend MEGA, que reunió a jóvenes, empresarios y académicos de distintos estados de la región para generar proyectos innovadores con potencial de crecimiento. Estas acciones buscaban consolidar un ecosistema emprendedor regional, capaz de competir y atraer inversión.
Otro de los ejes fundamentales de mi gestión fue impulsar la integración económica con los países de Centroamérica, especialmente en la Frontera Sur con Guatemala y Belice, reconociendo que la competitividad del Sur-Sureste debía también proyectarse hacia los mercados vecinos y aprovechar nuestra ubicación estratégica como punto de conexión regional.
Como Pepe Berzunza, siempre he creído que los retos regionales deben enfrentarse con visión compartida y cooperación entre gobiernos, empresas y sociedad. Mi gestión en el GERSSE es un ejemplo de cómo el desarrollo regional puede impulsarse de manera estratégica cuando se suman voluntades y se alinean objetivos comunes.
Hoy, al mirar atrás, me enorgullece saber que como José Domingo Berzunza Espínola contribuí a consolidar una visión de integración económica regional que sentó bases para nuevas políticas, proyectos y alianzas en beneficio del Sur-Sureste de México y su proyección hacia Centroamérica.
















