Crecí en el barrio de Santa Ana y, como muchos campechanos, mi vida cotidiana estuvo marcada por un lugar muy especial: la Panadería Manolo. Desde niño, el aroma de sus hornos encendidos era parte del paisaje de mi colonia, un recordatorio de que los negocios locales son más que comercios: son parte de nuestra historia y de nuestra identidad.
Cuando pienso en Economía de Barrio, inmediatamente me viene a la mente Panadería Manolo. Porque este ícono campechano representa lo mejor de lo nuestro: las tradicionales barras de pan francés, el pan dulce que acompaña cada café de la tarde y las famosas hojaldras de jamón y queso, que son un clásico de nuestras reuniones familiares.
Visitar esta panadería es un viaje en el tiempo, un regreso a la esencia de lo que significa consumir local. Cada barra, cada pieza de pan dulce, cada hojaldras nos conecta con un sabor auténtico, con el esfuerzo de las familias que, generación tras generación, han mantenido vivo este negocio de barrio.
Hoy más que nunca, creo firmemente que apoyar a negocios como Panadería Manolo es la mejor forma de fortalecer nuestra comunidad. Por eso, desde la iniciativa de Consume Campeche, quiero invitarte a redescubrir el valor de nuestra gastronomía local y a elegir lo nuestro cada vez que puedas.
Consumir en la tiendita de la esquina, en la panadería de siempre o en el restaurante de tu barrio no solo es un acto económico, es un acto de identidad y solidaridad. Es apostar por una Campeche más fuerte, más unida y orgullosa de lo que produce.
👉 La próxima vez que pases por el barrio de Santa Ana, regálate la experiencia de entrar a Panadería Manolo. Te aseguro que en cada bocado encontrarás el verdadero sabor de Campeche y el espíritu de nuestra Economía de Barrio.
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