“El poder de lo pequeño: Pepe Berzunza explica por qué las microindustrias y la economía de barrio son la base del nuevo desarrollo local y sostenible.”

El valor invisible de los pequeños talleres
En cada esquina, en cada barrio, hay una historia de trabajo que rara vez aparece en los informes económicos. Son los talleres familiares, las cocinas, los carpinteros, los panaderos, los mecánicos, los emprendedores que sostienen el día a día de nuestras ciudades.
Durante años se les llamó “informales”, “de subsistencia” o “micro”, como si lo pequeño fuera sinónimo de insignificante. Pero la historia reciente nos demuestra lo contrario: lo pequeño es esencial.
Las microindustrias: un motor silencioso
Las microindustrias —esas que emplean entre 1 y 10 personas— generan más del 70 % del empleo en México y aportan buena parte del dinamismo económico local.
No solo producen bienes, también generan comunidad, circulan el dinero dentro del territorio y mantienen viva la identidad de cada región.
Cuando una panadería, un taller o un pequeño productor prospera, no solo crece un negocio: crece un barrio entero.
Del consumo local al desarrollo sostenible
La pandemia y las disrupciones globales evidenciaron la fragilidad de depender de cadenas de suministro lejanas. En cambio, los negocios locales demostraron resiliencia, creatividad y cercanía.
Por eso, hoy más que nunca, apostar por la economía de barrio no es nostalgia, es estrategia.
Comprar local significa reducir huella ambiental, fortalecer el empleo cercano y mantener activos los lazos sociales que dan estabilidad a nuestras comunidades.
Innovar desde lo pequeño
Las microindustrias también pueden innovar. Lo hacen cuando incorporan herramientas digitales, mejoran sus procesos, se certifican bajo estándares de calidad o se agrupan en cooperativas o clusters locales.
El futuro del desarrollo económico no estará dominado solo por las grandes corporaciones, sino por redes de pequeñas unidades productivas conectadas, eficientes y sostenibles.
Esa es la nueva frontera del desarrollo: la innovación a escala humana.
Un nuevo paradigma: “Economía de Barrio”
Desde Campeche hemos visto que cuando los barrios prosperan, la ciudad entera se transforma.
Programas como Consume Campeche o las estrategias de revitalización de mercados locales demostraron que el crecimiento puede surgir desde lo más cercano.
El poder de lo pequeño radica en su capacidad de multiplicar bienestar sin perder identidad, de generar riqueza sin romper los lazos sociales.
Conclusión: el futuro será local o no será
El desarrollo del siglo XXI no se mide solo en inversión extranjera o megaproyectos, sino en la capacidad de cada comunidad para generar oportunidades con sus propias manos.
Si queremos un futuro más justo y sostenible, debemos mirar hacia abajo, hacia los talleres, las tienditas y los emprendedores que día a día sostienen la economía real.
Porque el verdadero poder de lo pequeño está en su grandeza para mover al mundo desde el barrio.




